Justo Ocampo el curuzucuateño que viste a las figuras más importantes de la Argentina

Justo Ocampo es oriundo de Curuzú Cuatiá (Corrientes), y cuando terminó sus estudios secundarios, decidió mudarse a la Ciudad de Buenos Aires para estudiar Diseño Industrial. Mientras cursaba en la UBA y sin tener relación directa con la moda, comenzó a dar sus primeros pasos en el mercado laboral, sin saber que tan solo unos años después cumpliría su sueño, convirtiéndose en un diseñador referente de la moda argentina. 

El joven de 36 años dio sus primeros pasos haciendo vidrieras para algunas marcas. Luego siguieron los accesorios, tocados, collares y piezas más artísticas para desfiles y marcas como Las Oreiro, Class Life y Roberto Giordano. También se desempeñó como director de arte y productor de moda. De a poco, el creativo fue haciéndose de su lugar en la industria textil.  

Su primer trabajo relacionado a la moda fue gracias a su prima, quien en ese entonces trabajaba como asistente de Benito Fernández. “Necesitaba que alguien le resuelva unos tocados de la noche a la mañana, para lookear unos vestidos. Entonces fue ahí cuando los hice y a la gente les gustó mucho. De hecho, se los pidieron prestados para algunas notas y quedaron ahí con mi firma. Desde ese momento comencé a recibir llamados de productoras de moda para pedirme algunos trabajos, todas cosas muy artísticas” comentó Justo Ocampo en exclusiva con CARAS. 

Justo se encontraba cursando el cuarto año de la carrera de Diseño Industrial, cuando decidió abandonarla para dedicarse de lleno a producir sus piezas, y estudiar Marketing para saber cómo venderlas. “Comencé haciendo cosas muy chicas, pero con el tiempo se fueron dando muchas otras. Trabajé para muchas revistas de moda, y en mi cabeza solo pensaba que ‘quería dedicarme a esto, y no a fabricar otras cosas, porque me interesaba mucho la moda’. Siempre fui muy curioso, me gustaba mirar y éste me pareció un campo para investigar” agregó el diseñador. 

Mientras Justo Ocampo se encontraba dando pasos agigantados como profesional, se cruzó con Bely Guevara, otra correntina que también se encontraba en la Capital Federal trabajando como asistente de diseñadores. Juntos dijeron “Tenemos que armar algo propio”, y así es como nació Guevara Ocampo, una firma creadora de piezas icónicas que mezclan lo tradicional con lo disruptivo.  

Hablamos en exclusiva con Justo Ocampo, quien nos cuenta sobre su firma, los orígenes de su pasión por la moda, y qué se siente vestir a las figuras más importantes de la Argentina. 

¿De dónde nace tu pasión por la moda? 

Justo: Siempre me gustó. De chico miraba muchos desfiles, les prestaba atención a los diseñadores. Siempre me gustó mucho la ropa, pero viéndolo desde un ojo para la vestimenta. Me divertía para mí, hacía cosas con mis propias prendas, cosa que mis amigos no lo hacían. 

¿En qué te inspiras a la hora de diseñar? 

Justo: Creo que hay un montón de cosas para inspirarse. Por un lado, está la personalidad de la cliente y en esa entrevista solo tenés media hora para captar qué es lo que quieren. Si quieren ir elegantes o más rockera, más boho, más sweety. Se trata de entender la historia que se quiere contar con un vestido, para a partir de ahí construir una imagen. 

¿Admiras a algún diseñador? 

Justo: Yo siempre digo que me encantan los diseñadores que tienen una identidad muy fuerte y marcada. Si te pones a pensar, ese diseñador tiene una textura, un color, un olor, una música, que es el mundo que construye en sí mismo. Me encanta cuando entras a una tienda y tiene coherencia la música, el aroma, la ropa que está colgada, la persona que te atiende. Como que todo está combinado, te metes en un mundo y en la cabeza de esa persona. Eso construye una identidad, una imagen que me encanta. A esto lo veo en Dries Van Noten, Galliano, Vivienne Westwood. Cuando estudié Marketing era porque me apasionaba eso de la construcción de imagen de marca, ese mundo y el cuento que te fabrica cada diseñador. El packaging, olor, colores y texturas. 

Dentro del vestuario, ¿cuál es la parte que más te gusta hacer y por qué? 

Justo: Si bien hago muchas novias y vestidos de fiesta, me gusta mucho hacer el vestuario de recitales y shows. Después de haber hecho la ropa para los programas de La Voz Argentina, me doy cuenta que uno tiene rienda suelta para sus creaciones. El año pasado le hicimos a Lali Espósito un vestido fucsia y naranja con un ave fénix enorme bordado. Fuimos jugando con varios estilos y quedó muy canchero.

¿Cómo nació Guevara Ocampo? 

Justo: Fue en el 2009 aproximadamente. Un día me crucé con Bely Guevara, una diseñadora que conocía de Curuzú Cuatiá, y dijimos que teníamos que hacer algo juntos, algo que nos divierta, que tenga nuestra identidad. Un día Bely volvió de un viaje en Sudáfrica y me llamó para que empecemos a jugar con unas telas que había traído. En ese entonces nos invitaron a participar de un proyecto en la Ciudad de Corrientes, un incentivo para diseñadores jóvenes emprendedores. Tuvimos que presentar un look book con mínimo 10 prendas, y aunque ni teníamos nada de lo que nos pedían, así armamos una colección. Hicimos unas fotos divinas, pero en realidad eran prendas realizadas con ropa desarmada. Agregamos telas nuevas a vestidos viejos, nos presentamos al concurso y lo ganamos. Parte del premio se trataba de una clínica de asesoramiento con Marcela Molinari, que en su momento era la directora de Puro Diseño. Empezamos haciendo ropa en nuestras casas, y con el tiempo fuimos creciendo, nos mudamos a un showroom compartido y después abrimos el atelier en Recoleta. Fuimos vistiendo algunas amigas que tenían casamientos, y el “boca en boca” comenzó a funcionar. 

¿Cómo podes definir el mundo Guevara Ocampo? 
Justo: Es difícil decirlo. Creo que hay varias puntas o patas que siempre están. Hay una cosa entre bohemia y retro que está presente. Yo creo otra pata es la nostalgia y una cosa como del interior. Como ese regreso a las raíces que también me encanta. Me gustan esas imágenes vintage, las cosas crafty artesanales, y de las abuelas, cuando se ven en la ropa. También hay otra parte que es más rockera o trash. Algunos de estos tres aspectos tienen que ver con mi personalidad, totalmente. Tienen que ver conmigo. 

Teniendo en cuenta a tus clientas, ¿a qué celebridades llegaron a vestir? 

Justo: En La Voz Argentina le hicimos el vestuario a Lali Espósito, y a comienzos de este año le hice el vestido de novia a Stefi Roitman. Por suerte nos eligen un montón y llegamos a vestir a varias famosas. Guillermina Valdés, Verónica Lozano, Carla Peterson, Calu Rivero, Julieta Nair Calvo, Florencia Peña, Cazzu, y Oriana Sabatini, por decirte algunas. Evidentemente estoy haciendo las cosas bien, cuando te eligen mujeres que pueden tocar cualquier puerta por un vestido. Me enorgullece y me encanta.

Justo Ocampo, el elegido por Lali Espósito
¿Qué podes contarnos sobre tu experiencia vistiendo a Lali Espósito? 

Justo: Tuve la suerte de hacerle muchos looks, más allá de La Voz Argentina en 2021 y 2022. Me encanta trabajar con Lali porque ella se pone todo, la tiene muy clara de qué es lo que le gusta y qué quiere contar. Tiene muy en claro cómo seguir el estilo de una estrella pop. Tenemos un grupo de Whatsapp con ella y Maru Venancio, su vestuarista y maquilladora, donde tiramos ideas, charlamos sobre lo que queremos armar, y a partir de eso lo creamos. Todo el tiempo estoy pasándole opciones y discutimos qué queremos hacer. El año pasado creamos la famosa campera con tachas para el certamen, y este año fuimos por el conjunto en color rosa. También la vestí para los Premios Gardel y para el Disciplina Tour.

¿Qué podes decirnos de la identidad de Guevara Ocampo? ¿cómo se distingue un diseño de la marca? 

Justo: Yo creo que hay algo que cualquier vestido tiene, como de desenfado. Acá pasa que vienen las clientas y no quieren el vestido clásico. Entones empezamos a buscar un poco de esa cosa disruptiva pero suave, que quieren tener todas, un contraste, algo que llame la atención de alguna manera. Me gusta mucho trabajar con avíos en las terminaciones de cualquier vestido. Pueden ser desde cadenas, hebillas, apliques que suman a cualquier prenda. También uso mucho los bordados. Es muy difícil que veas un vestido mío y que no tenga algo que lo haga distinto. Por ejemplo, un vestido de seda sin nada, probablemente tenga un broche, un gancho, una tira de cuero, algo que lo rompa, que contraste con la materialidad original. Creo que mis clientas vienen a mí porque les puedo ofrecer algo diferente.

Sos parte de una nueva generación de diseñadores. Cuando te llaman o te piden un vestido, ¿sos de ver que están haciendo tus colegas? 

Justo: En general veo mucho las propuestas de otros diseñadores, pero más que nada porque me divierte ver cualquier vestido, sea diseñado por mí o por otro. En general no reniego de las tendencias, siempre me sumo a ellas. Hay tendencias que nos podemos subir porque coinciden con la esencia de la marca, y hay otras a las que no y las dejamos para otro. Pero también hay algo que está muy bueno y es la propuesta de cada diseñador. A la hora de crear es muy importante pensar que el producto sea comercial, que se adapte a las tendencias, lo que la gente busca y lo que te pueden llegar a pedir. Hay un límite que uno tiene que poner, pero a la vez coincidir con el contexto. Que tu producto funcione es un equilibrio entre la propuesta original y creativa, frente a la propuesta comercial.

Durante casi una década, el diseñador correntino Justo Ocampo supo qué pasos hacer para lograr su mayor sueño. Siguiendo su instinto, realizando sus creaciones a través de piezas icónicas, logró llegar a las figuras más importante de nuestro país, y así vestir a Stefi Roitman, y a Lali Espósito en distintas oportunidades, además de los shows de La Voz Argentina y su Disciplina Tour. Un ejemplo de perseverancia, pasión, trabajo y dedicación.

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